El Síndrome del Traje Vacío tiene dos versiones:
A) Nunca pague por un consejo de inversión (versión ligera)
B) Nunca acepte un consejo de inversión (versión fuerte)
Seguramente estas ideas han pasado alguna vez por tu cabeza pero nadie te lo había dicho tan claro. Esto es porque todo el mundo quiere vender algo o demostrar lo listo que es en el mundo de las finanzas. Cada uno debería tomar sus propias decisiones de inversión, pero la realidad es que vivimos en un país de analfabetos financieros. La gente en general se siente intimidada ante el mundo de las finanzas y ante los números.
El caso más reciente de falta de cultura financiera es la estafa millonaria de las preferentes. Pero hay muchos más casos. Demasiados.
¿Por qué no debemos pagar por un consejo de inversión? La explicación básica es que nosotros somos responsables de nuestras decisiones y nos afectarán sus consecuencias ya sean para bien o para mal. Echarle la culpa de nuestras desgracias al gobierno o al presidente de la banca no es más que un consuelo de tontos. Debemos aprender a manejar el dinero igual que manejamos otros aspectos de nuestra vida.
Quien quiera gastar su dinero, que lo haga en formación para mejorar su educación financiera. Ese sí será dinero bien invertido. Encontrar un mentor o maestro y pagar por aprender es una vía más rápida que buscar información gratis y gastar tiempo. Pero esto ya depende de la situación personal de cada uno. Es este mismo blog tenemos un curso de bolsa gratuito que en otras webs tendría un valor minimo de 150€.
Hay asesores de inversiones honestos y capacitados que ofrecen servicios de boletines o señales de compra por una cuota mensual. Son pocos, ya que en internet han proliferado como setas las webs de "expertos" en bolsa que en realidad no lo son, pero algunos honrados hay. También existen gestores de cuentas que operan con tu dinero a cambio de una comisión sobre beneficios. Voy a comenzar por los primeros:
Primero, resulta difícil replicar las operaciones que los asesores realizan en sus carteras. Los precios de entrada y salida nunca serán los mismos y por tanto la rentabilidad no será igual. Además pueden surgir todo tipo de incidencias operativas que nunca afectarán a la cartera modelo de los asesores y si mermarán nuestra rentabilidad. Imagina que el asesor me envía un SMS con todos los datos de la operación, que sería lo más exclusivo. Tengo que leer el mensaje, asimilarlo, abrir la plataforma de trading, calcular cuanto voy a arriesgar, introducir la orden, y si internet no falla o no me llaman al teléfono ni tengo que ir al baño, entonces espero a ver la ejecución de la operación. Así es imposible que coincida mi entrada con la del asesor. O imagina que me dice compra si el precio supera tal nivel al cierre; pero mi broker tiene una horquilla BID/ASK, entonces qué precio es el bueno?, y si luego me ejecutan con slippage? Más comisiones... Luego el precio gira en el último momento y me dice el asesor que no vale porque no ha cerrado por encima del nivel indicado...
Estas webs atraen inversores cuando han tenido una buena racha y muestran sus resultados. Lo siguiente que encuentran los inversores es una mala racha y pierden dinero desconcertados. Nadie hace publicidad de sus malos resultados para atraer clientes de cara a las buenas rachas!
Segundo, las señales de compra o venta provienen de un tercero que no conocemos en profundidad. Esto genera dudas y el inversor se desvía de las reglas del sistema por falta de confianza durante las malas rachas. Los sistemas que no hayamos desarrollado y probado nosotros mismos son más difíciles de seguir. De nuevo, la rentabilidad del inversor se reduce o entra en pérdidas.
Sobre los gestores de cuentas, se mantiene la carga psicológica durante las malas rachas. El dinero esta en manos extrañas. Y lo más importante es que se pierde la oportunidad de conocer personalmente el funcionamiento de los mercados. En caso de que tu presupuesto para invertir sea muy elevado, no es mala idea contratar un gestor de inversión ya que el tiempo y el trabajo necesarios para gestionar el patrimonio pueden ser demasiado para una persona. Pero incluso en este caso el inversor debe dirigir sus inversiones y conocer a fondo a los gestores que manejan los fondos y los detalles de cómo se mueve el dinero. En el momento en que pierdas el control empezarás a perder dinero.
¿Por qué no debemos aceptar nunca un consejo de inversión? Los asesores, expertos y demás trabajadores de las finanzas no siempre saben más que nosotros mismos y casi siempre tienen algún interés en dirigir nuestras decisiones.
El concepto de riesgo moral es muy importante en todo este tema. Una persona va a ganar dinero gracias a ti, pero eres tú el responsable, quién pierde dinero, en caso de que las cosas vayan mal.
Los expertos en bolsa que leemos en prensa o escuchamos en la radio, se ganan la vida escribiendo, como asesores o participando en tertulias. Pero pocas veces se ganan la vida invirtiendo. Cuando entramos en una sucursal bancaria, los comerciales trajeados que hablan en jerga extraña y nos aconsejan comprar acciones de Bankia, son probablemente analfabetos financieros disfrazados de expertos. Se trata de comerciales con objetivos de ventas de las que depende su sueldo y lo que menos importa es si el cliente gana o pierde. Gente importante que sale en las noticias y lanza previsiones para que otros tomen el riesgo... alguien hace seguimiento de todos sus errores? La única prueba aceptable para demostrar la habilidad de un trader es la evolución de la cuenta de trading.
Incluso instituciones como el FMI revisan sus previsiones cada pocos meses, porque en realidad ninguna de ellas se acaba cumpliendo. Si nos jugáramos nuestro dinero en base a estas previsiones, acabaríamos perdiéndolo todo porque en realidad no tienen ni idea de lo que puede pasar en el futuro. Nadie sabe qué pasará en el futuro y quien hace previsiones se equivocará o tal vez está mintiendo.
Un inversor debe gestionar el riesgo y eso es algo muy personal que nadie puede decidir por nosotros. Debemos estudiar cada inversión y cada operación por nosotros mismos. Aprender cómo funcionan las cosas. Llegar al fondo de cada asunto y ser prudentes con lo que no podemos comprender. Aquello que es muy complicado o demasiado bueno tal vez esconde algo que no nos va a gustar.
El trabajo de un trader profesional, es eso mismo, un trabajo. Es indignante que algunas personas ofrecen ganar un montón de dinero dedicando solo un par de horas al día. Parece que cualquiera puede hacerse rico con solo hacer un curso por 400€ en dos meses. Es una completa estafa. Debemos dedicarle tiempo y dinero como haría cualquier profesional en otro campo. ¿Te imaginas a un cirujano que haya estudiado por internet solo un curso de dos meses? Por favor, hay que hacer el trabajo duro.
Tanto si somos traders, inversores o personas que queremos llegar a fin de mes, tenemos la responsabilidad de conocer el mundo en el que vivimos. Y resulta que la educación financiera es imprescindible para vivir en el mundo de hoy en día.
Refrán de bolsa: Antes se acabará tu dinero, que a tu asesor los consejos de inversión.
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