Muchas veces he oído el viejo dicho de Comprar barato y vender caro.
Incluso en charlas de expertos, anuncios de brokers, noticias... Pero mi experiencia me ha demostrado que no es un buen consejo. Y quienes lo dicen, no son verdaderos traders. En la vida real es imposible comprar en la punta del mínimo y vender en la punta del máximo. Sería como comprar duros a cinco pesetas, es una falsedad. Ni anticiparse a los giros del mercado. Por cada acierto tendrás varios errores y perderás dinero. Yo no me lo creo, y de hecho me costó dinero en el pasado. Si estudiamos el funcionamiento de los mercados y los actores que participan, se puede comprender que ningún trader individual puede hacer ese tipo de operaciones.
Incluso en charlas de expertos, anuncios de brokers, noticias... Pero mi experiencia me ha demostrado que no es un buen consejo. Y quienes lo dicen, no son verdaderos traders. En la vida real es imposible comprar en la punta del mínimo y vender en la punta del máximo. Sería como comprar duros a cinco pesetas, es una falsedad. Ni anticiparse a los giros del mercado. Por cada acierto tendrás varios errores y perderás dinero. Yo no me lo creo, y de hecho me costó dinero en el pasado. Si estudiamos el funcionamiento de los mercados y los actores que participan, se puede comprender que ningún trader individual puede hacer ese tipo de operaciones.
Entonces cómo sería el buen consejo: Comprar caro y vender aún más caro (vender barato y comprar aun más barato).
Si piensas en el trading como un negocio lo entenderás mejor. ¿Conoces algún comercio en tu ciudad que se dedique a comprar gangas y venderlas a precios caros? Hablando de negocios honrados, claro. No los hay, los duros a cuatro pesetas no existen. Todos tienen como beneficio una parte de sus ventas, conocen la demanda y la oferta para colocar sus productos. No compran mercancía a ciegas y saben que no son más listos que sus proveedores mayoristas. Día a día hay que trabajar para obtener una pequeña parte del mercado, con ganar el 50% del movimiento de los precios ya tendríamos un sistema fantástico.
Si piensas en el trading como un negocio lo entenderás mejor. ¿Conoces algún comercio en tu ciudad que se dedique a comprar gangas y venderlas a precios caros? Hablando de negocios honrados, claro. No los hay, los duros a cuatro pesetas no existen. Todos tienen como beneficio una parte de sus ventas, conocen la demanda y la oferta para colocar sus productos. No compran mercancía a ciegas y saben que no son más listos que sus proveedores mayoristas. Día a día hay que trabajar para obtener una pequeña parte del mercado, con ganar el 50% del movimiento de los precios ya tendríamos un sistema fantástico.
Otra forma de verlo es un dicho muy popular de mi barrio: Mariquita el último! Según el cual no es necesario ser el más listo de la clase ni el más rápido, con tal de que podamos pasar la patata caliente a alguien antes de quemarnos. Y fluir con la marea. Pero la marea en los mercados no la forman las personas si no los euros y los dólares. Cuando sintamos la ola, seguro que ya habrá alguien montado antes que nosotros. Además hay que bajarse antes de que se acabe para no quedar varados. Basta con que quede alguien como contraparte para ejecutar la operación, pero seguro que no será en el pico de los precios. En realidad nadie quiere ser el último. Recoger nuestra parte en euros y esperar a la siguiente ola.
Comprar valores bajistas o vender valores alcistas es propio de novatos. La fuerza se compra y la debilidad se vende. Sol con esto y las correlaciones entre diferentes mercados que se conocen desde hace siglos, se puede construir un sistema de inversión como la teoría de Dow.
Incluso antes de analizar un gráfico por análisis técnico debemos pensar cual es el sentimiento de mercado. No se trata de hacer análisis fundamental de los mercados, solamente sintonizar con lo que sucede en el mundo. Veamos por ejemplo, como en periodos alcistas un índice como el Ibex es más fuerte que el Dax:
Una estrategia popular, aunque que en mi caso no suelo utilizarla, es comprar y vender dos valores correlacionados. En este caso podríamos comprar el Ibex y cubrirnos vendiendo el Dax (ojo, calculando bien el valor nominal de los contratos) con lo que ganaríamos la diferencia de la evolución en fase alcista del mercado. O sencillamente, enfocar las operaciones alcistas al Ibex y las bajistas al Dax. Los recorridos de puntos serán mayores que si no tenemos en cuenta esta relación.
Aquí un gráfico de un valor que está barato. Mi recomendación es salir de B.Sabadell lo antes posible:
Sin embargo, he leído analistas que recomiendan valores baratos porque aún tienen margen de recorrido frente a los valores fuertes que ya han realizado la subida, ¡qué vergüenza de recomendaciones! Están dirigidas a la marea del público, no a la verdadera marea que mueve el mercado, el dinero.
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